16 septiembre 2012

Inconstancias


Dije que me iría a dormir pero no tengo sueño.
Dispongo de unos días de holganza.
Estoy necesitada de amparo.
El cable a tierra del abrazo que aísla de todas las pesadillas.

Podría ser el momento de generar viejos reencuentros,
de regresar a hogueras que no se han apagado y a las que volví la espalda.

Pero sería por el contacto de la piel que resucita unos instantes,
por la certidumbre de lo bien ganado en tiempos de proezas.
No por permanecer con burbujas aleteando,
ni por aceleraciones que me pongan al borde del grito.

Cuando se apagó el amor me quedé así, tan tranquila,
como si nada pasara,
cuando estaban albortando los siete mares por debajo de mi puente.

El amor no se recupera por mucho que neguemos.

Cuando volvió sobre sus pasos, lo miré como algo remoto,
como a ruinas ajenas.
Un día todo, todo, todo pasará y no me preguntaré si obré bien.

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