Miel de brezo en cantidad necesaria,
pizca de vainilla, pétalos de nardo,
grove maidens y una rosa
de Damasco.
Agua hirviendo, cacao, almizcle,
almendras, ramas de romero,
algo de menta y un
puñado de clavos.
Espolvorear con canela
los jacintos,
con jazmines y acebo
combinarlos,
no olvidar ralladura de
mandrágora
ni con flores de lavanda
rociarlos.
Un caldero apropiado,
Cucharones de palo,
paciencia,
conjuros de amor
para amarrarte sin
lazos…
Luego... si aceptas el
convite,
y el riesgo,
a un placer antiguo
volverte el prisionero;
conocerás de mi piel
sortilegios heredados
y se volverá la tuya
un nido de deseos.