Es esta noche y no otra,
con la urgencia cósmica
que me serpentea.
Con el nombre
en el filo del grito
Y las yemas de los dedos floreciendo.
Es ahora y no mañana,
como tampoco fue ayer.
Ahora que hay fulgor
y soltura en la palabra.
Es en este instante
en que como fruta prodigiosa,
dulce, húmeda,
se abre el saber de todo lo negado,
que necesito de ti el aliento.
…Y la copa
…Y la venia
…Y el arrojo,
para rogarte el verbo
que haga a mi libertad cautiva.