16 septiembre 2012

Juegos


-¿A dónde viviríamos? Me preguntaba él, que era hombre de fortuna, jugando con la idea de abandonarlo todo, para vivir un amor clandestino.

- Al borde del mar claro, en una playa con pinar.-

- ¿Sabes pescar?.-

- No. Pero vos cazarías ballenas.-

- ¡Nada menos!.-

- Nada menos.- Y nos reíamos como tontos. Porque el amor, al inicio tiene mucho de inocencia.

Con el pasar de las hojas, alguna vez lo repetimos y a un tiempo, a ambos, los ojos se nos llenaron de lágrimas.

La promesa se había amasado con nostalgia.



© Ana di Cesare

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